En mis clases buscamos el movimiento libre del cuerpo.

Liberarnos de estructuras estancadas de pensamiento, de movimientos ya establecidos. Trabajamos para desbloquear la capacidad creativa, generando movimientos nuevos.

Desaprender para crear un nuevo cuerpo. Más que una danza, es un estado interno.

Se busca un trance, asemejándose a ciertas prácticas chamánicas o meditativas.

Dejar de seguir el hilo de los pensamientos, crear desde una mente vacía, siendo el cuerpo el que habla.

Volver a la fuente original de la creación, donde cada momento es nuevo, una nueva manifestación de la constante capacidad creadora. De la naturaleza misma. Esto nos proporciona infinitas herramientas para la creación. Manteniendo el foco en nuestro interior, buscaremos ir a la esencia auténtica de nuestro ser, y crear desde ella.

Hay sombras que han opacado esa esencia. Buscamos y contemplamos nuestra resonancia con el momento presente, y todo lo que hay en él.

No lo negamos. Aceptamos y exploramos las sombras internas, descubriendo cada parte de nosotros que hemos repudiado, reprimido o rechazado, liberando así la luz de nuestro ser, la vida auténtica.

Bailarlo todo. Sombras y luces. Todo lo que nos sucede a cada momento. Creando una constante improvisación.

Buscamos salir de lo humano, o sublimarlo, engrandecerlo como lo que es: un ser biológico perfecto, un alma en constante búsqueda, un ser eterno, pleno de conocimiento y alegría.

Una danza verdadera y acorde con nuestra persona y nuestra vida real. Mas allá de nuestras ilusiones, proyecciones y expectativas. Buscamos ir al fondo, a la base real sobre la que se sustentan. Y a la vez incluirlos en nuestro arte. En este sentido nos sirve para autobservación. Por ello ha sido relacionado a la sanación.

Se busca ser la Esencia, ser el Cuerpo Auténtico, ser la Naturaleza.

Iniciaremos con meditación, acabaremos con un cierre pacifico. Se requiere entrega y concentración, disposición para dejarse ir, lejos.